Tetas son tetas

“No quería parecer una niña de 12, teniendo 20” fue la respuesta de una chica a la cual le pregunté por qué se había puesto prótesis mamarias. Y otra chica, cuando le pregunté por qué no se las pondría, dijo  “No me operaría porque me siento bien como estoy y porque no arriesgaría mi vida por nada”. Personalmente, pienso que ambas razones son más que válidas pues creo firmemente en que cada quien es libre de tomar sus propias decisiones en cuanto a sus cambios corporales. Y justamente de eso quiero hablar hoy. No de las cirugías como tal, sino de lo que impulsa a las personas a someterse a cirugías estéticas.

Ayer, pregunté en Twitter si preferían los silicones, los senos naturales o si les daba igual. Las respuestas fueron bastante equitativas, sin embargo lo que llamó mi atención fue que siendo las mujeres las que se someten a este tipo de cirugías obviamente, quienes más respondieron fueron los hombres. Solo un par de mujeres contestaron a mi ensayo de encuesta.

Una de las respuestas que más llamó mi atención, fue esta: “Natural, es más original…Más auténtica….Cualquiera se puede siliconear» Y si bien entiendo perfectamente su punto, no podría estar menos de acuerdo con esa afirmación. La autenticidad o naturalidad no debería ser medida por la apariencia. Seamos claros en algo, a todos nos agrada gustar. Y la principal razón para cambiar algo ya sea en nuestras actitudes o cuerpo, debería ser gustarnos a nosotros mismos.

Otra amiga muy cercana se operó los senos porque quería verse mejor desnuda. Ella respondió a un estímulo sobre sí misma cuando se miraba al espejo. De igual forma me ocurrió a mí. Siempre me gustaron los senos grandes y la naturaleza optó por darme unos más pequeños. Luego de mucho pensar y pensar, me decidí a dar el paso. A quien diga que cualquiera se puede “siliconear” pues no sabe lo que es someterse a una cirugía estética.

Para siliconearse hay que estar muy centrado en que será un cambio permanente, además hay que lidiar con el miedo de que uno se puede morir porque como todas, es una operación de riesgo y de paso, el post operatorio de una cirugía estética es bastante satanizado. No solo te sientes mal e inmóvil, si no que debes escuchar “Para ser bella, hay que ver estrellas. Eso era lo que tú querías, ¿no?” Sí eso era lo que uno quería pero igual es bastante doloroso y fastidioso.

Operarse  los senos, hacerse una lipo o inyectarse la cola es muy riesgoso. Veo con dolor mujeres que mueren por hacerse una cirugía estética. Por eso, quiero darles desde mi perspectiva algunos consejos. Lo primero es decidir por ustedes mismas. Que no les importe lo que nadie les diga u opine al respecto, si quiere mejorar su apariencia física, hágalo por convicción propia, así como mi amiga, porque quería verse mejor desnuda, ella, frente al espejo.

Segundo, si decidió operarse, consulte con todos los especialistas posibles. No pague menos, esto es una cuestión en donde se pone en riesgo la vida. Prefiera cirujanos reconocidos, alguien con trayectoria que le de confianza. Lea mucho sobre el tema y asuma que no va ser fácil pues la recuperación puede ser lenta. Debo confesar que estoy completamente en contra de los biopolímeros, está más que altamente demostrado que son tóxicos y dañinos para la salud. Tampoco creo en liposucciones, pues su efecto no es perdurable en el tiempo, pero como dije, eso es decisión de cada quien.

Tercero y lo más importante, amense. Una cirugía no la va a hacer sentir mejor, aún y cuando no esté conforme con alguna parte de su cuerpo. Este tipo de decisiones debe ser por amor propio. Saber que uno se ama y que por ello, se va a hacer un regalo ya que tiene la oportunidad de hacerlo. Cuando yo me operé, aún y cuando lo hice convencida, dudé después de haberlo hecho. Y créanme, mi cirugía no me subió la autoestima, eso ocurrió mucho tiempo después con otro tipo de operación, más de tipo cerebral, es decir, fue más con la maduración de mis pensamientos sobre mí misma.

Hay personas que se operan porque su amor propio está muy debilitado. Lo hacen no por complacerse a sí mismas si no para complacer a otros. Muchas mujeres creen que por hacerse lipo, tetas, cola y demás cirugías, van a estar buenísimas y les van a caer todos los hombres de la tierra. Es ahí cuando el silicón se les sube a la cabeza, empezando a atraer justo al tipo de hombres con los que nadie querría estar.

Mujeres, les cuento algo, las tetas no vienen con autoestima incluida. Si usted se va a operar, primero debe estar muy segura de que realmente quiere hacerlo, porque como dije, el cambio es permanente, o por lo menos, hay que esperar bastante para revertirlo. En mi caso particular, me operé a los 28 años, luego de pensarlo como tres años. Apenas tres meses después me fui de viaje a Margarita y esta es una de mis primeras fotos

¿La verdad? Ese par de esferas duras no era lo que yo tenía en mente. Me sentía como una actriz porno y de paso, siendo de naturaleza tímida, tener miradas sobre mi busto todo el tiempo no era precisamente algo agradable. Me costó un poco acostumbrarme a mis pelotas nuevas y de paso, me deprimí. Muchas veces, en silencio, me repetía a mí misma que esa no era lo que yo quería. Sin embargo el tiempo lo cura todo (frase cliché demasiado cierta para el gusto de cualquiera) y poco a poco me fui acostumbrando a mi nueva imagen. Además que la apariencia de unos senos operados va cambiando con el paso del tiempo, al igual que nuestra percepción.

Esta soy yo, un mes antes de mi cirugía y hoy

Lo que más me gusta de mi foto es mi sonrisa. Me quise regalar el cambio de mi cuerpo pues realmente quería tener un busto más grande y hoy, eso no determina quién soy o como me siento conmigo misma. El cambio más grande fue interno, un proceso que se ha llevado su tiempo y no la instantaneidad de ponerse un par de lolas.

Por eso, las invito a reflexionar sobre lo que realmente quieren para ustedes mismas. Sin pensar en que a los hombres, por ejemplo, le gustan de una determinada forma o manera. Como bien dice el dicho, el que la quiera, que la quiera como es. Y para que la quieran, no necesita más nada que amarse a usted a misma y sentirse cómoda en su piel. Si necesita unas lolas más grandes, un abdomen más plano o una cola más dura para eso, bueno perfecto hágalo, es su cuerpo y cada quien debe hacer lo que considere correcto para sí mismo. No permita que nadie le venga a juzgar sus decisiones porque si eso ocurre, y usted se siente mal, ya sabe que no tomó la decisión correcta.

Ser natural es una cuestión de actitud, así tenga goma en el cuerpo. Ser auténtica es actuar conforme a sus deseos y creencias, así sus lolas sean prefabricadas. Si no tuviera mi cirugía y tuviera la oportunidad de hacérmelas, lo volvería a hacer porque siempre quise ser de busto grande, la voluptuosidad para mí es encantadora, me gusta. Si alguien ha disfrutado mucho mirando mis senos, he sido yo misma.

Así que chicas, tetas son tetas, son el símbolo por excelencia de la feminidad. Grandes, pequeñas, redondas, en forma de pera, operadas o no, son nuestras. Disfruten sus cuerpos y siéntanse bellas porque en la vida, todo es cuestión de actitud.

Ahora bailemos un poco con este vídeo que les dejo de Fauna Crepuscular, sonrían siempre.