Aquí y Ahora

Estándar

Este post está saliendo con dos semanas de retraso. Una parte de mí estaba negando la tristeza que lo inspira, sin embargo hoy lo publico como un tributo para ti Azaquer, porque el día que moriste te iba a escribir y me entretuve, ese día te iba a saludar y lo dejé para un después que no llegó. Esperando que estés en donde creyeras que fuera el cielo, te doy los “buenos días” y a ustedes que me leen, los invito a vivir, hoy y ahora.

Para ponerlos un poco en contexto, Azaquer era un joven tuitero que conocí en esa red social y pasó a ser un amigo de esos virtuales pero queridos. Hablábamos con frecuencia y quizás alguno sepa quién fue. Hace quince días falleció junto a su padre en un accidente de tránsito y justo ese día iba a saludarle pero lo dejé pasar, con tal, el tiempo sobra.

Una vez más, la vida me lanzó el aviso, el tiempo nunca sobra y las cosas hay que hacerlas y decirlas en el momento en el cual se piensan. Eso de que hoy sabemos, mañana no, es tan certero como que para morir, solo se necesita estar vivo. Muchas veces dejamos para mañana cosas que luego no se dan, a veces por razones más trágicas que otras.

Sin embargo, aún y cuando somos conscientes de ello, sigo viendo con pesar como el arte de la procrastinación cada día se vuelve más eficiente. Nos dejamos envolver por nuestras rutinas, por ese día a día que se roba los momentos especiales, o esos cinco minutos que se llevaría saludar a alguien especial. Al llegar la noche, una vez más nos vamos a la cama con la lista de pendientes y con la certeza de que mañana sí, mañana segurísimo, si lo hacemos.

Por otro lado, se le suman a esta ecuación el orgullo, la malcriadez y otras tantas emociones negativas que nos hacen decir cosas como “Si no me escribe no le escribo”  o “Si no me llama, no le llamo”. Asumimos con asombrosa rapidez que si la otra persona está tan ocupada para llamarnos, por qué habríamos nosotros de perder nuestro valioso tiempo llamándole, si a ver vamos, todos somos importantes, ¿no? Perdiéndose así hermosas oportunidades de acercamientos.

Yo particularmente soy una excelente procrastinadora, es decir, me la paso dejando todo para después, se me olvidan las cosas, me compro y me regalan agendas que nunca uso y ese tipo de cosas. No me siento para nada orgullosa de lo que considero uno de mis peores defectos, sin  embargo, suelo agradecer con cariño a quienes me comprenden y aceptan como soy, acercándose a mí a pesar de esto. A veces soy yo, la que anotando todo, en un día  hago esas llamadas pendientes a mis seres queridos para saber cómo están.

Lo cierto es que en estos tiempos en donde todo es tan apresurado, pues debemos tener la capacidad de detenernos un segundo, tomar aire y pensar en aquellas personas que quisiéramos saludar o ver,  y con determinación  hacerlo. De igual forma, siento que muchos deberían abrirse a comprender que cada quien vive en su propio mundo, que de vez en cuando se sale, comparte y se vuelve a meter, que no por ello significa que no hay cariño o amor, si no que en verdad hay gente distraída. ¿De qué sirve enconarse con alguien porque no llamó, o no escribió? Tratarle mal cuando lo hace, reprocharle la ausencia cuando del otro lado, la otra persona no hizo nada tampoco para contactar.

No esperemos que sea la vida, con su particular forma de enseñarnos a retomar nuestros contactos quien marque la pauta. Pudiera apostar que más de uno que me está leyendo, tiene una anécdota de haber perdido a alguien a quien le hubiese querido decir algo y no le dio tiempo.

En este momento si me preguntaran que me da paz o felicidad, diría que es hacer las cosas que deseo, cuando las deseo y obrar por convicción. El tiempo es tan frágil como la vida misma, o no sé si sea al revés. Lo único que sé es que todo es extremadamente finito. Por ello, mi invitación con este post es a que se detengan ya, respiren, suspiren y se levanten a hacer aquello que más quieran, que le escriban a quien extrañan, que no piensen en que mañana podrán hacerlo porque de verdad no se sabe.

Como dice mi muy admirado Carlos Fraga, “la vida es hoy”. Los momentos son muy efímeros y de manera consciente hay que hacer que valgan. A veces siento que vivimos conectados a un sistema y nos dejamos atropellar por él, en donde la vida nos vive y nosotros no la vivimos a ella. Por eso, creo que bien valdría la pena desconectarnos un rato, agudizar los sentidos y humanizarnos de nuevo.

Por aquellos que ya no están, que se fueron muy pronto con metas y sueños por cumplir, los invito a vivir, realizar, querer y sentir. Nosotros aún tenemos oportunidades, vamos a usarlas aquí, hoy, ahora, porque mañana es adverbio de tiempo, una palabra, mañana es un quizás, no una certeza.

Como vídeo de cierre les dejo Viva la Vida de Cold Play, y quise compartir con ustedes esta imagen que me robé del TimeLine de Azaker, a quien le dedico mi post hoy.

azaker

 

 

Acerca de honeydry

Soy sólo una chica que vino a contarles su historia sin tapujos... Mi motivo principal es crecer, disfrutar la vida y sonreír ante todo... Para mí, una sonrisa es el mejor maquillaje en el rostro de un a mujer... @Honeydry Literalmente: MielSeca

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